Mundo de un niño "cuasi indigo"

martes, 24 de julio de 2007

20 a 30



De que soy un nene de pecho para ninguno de los que me conocen es novedad, de que aun me falta mucho por madurar también para nadie es un secreto, pero si de algo me ha servido trabajar es que me relaciono día a día con un mundo más adulto del que yo realmente pertenezco.
Curioso pero me he enganchado de eso para madurar y crecer, las vivencias ayudan pero no por los consejos que te den los mayores, si no por las experiencias de vida que te cuentan de las cuales no existen grandes conclusiones solo son.
Y de que para que los hombres el amor no es tema sobre todo cuando las edades están mas avanzadas es completamente falso, lo que pasa es que el hombre con el pasar del tiempo evita tocar estos temas por no parecer “mamón” o “Macabeo” ante sus pares.
Y puedo decir con conocimiento de causa que mi generación es mucho más expresiva y no tiene miedo a decir y abrir su corazón.
He conocido historias de tipos que han esperado más de 4 años por alguien que nunca llego y si llego no prospero nada de nada. El chico ya esta cruzando la peligrosa barrera de los treinta, y sigue viviendo con la mamá y sin una mujer al lado, algo impensado para mi proyecto de vida años atrás.
Yo desde mi púber punto de vista trate de hacerle ver que ya tenia treinta años cumplidos que tenia que buscar trabajo en lo que había estudiado, que años de sacrificio no se podían desperdiciar mas aun cuando vivió solo en una cuidad ajena y sin su familia. Que buscara un soporte emocional más fuerte, que le faltaba una mina y que era bien triste para mi pensar estar solo sin una mujer al lado a los treinta.
Y me contesto algo irónico: Yo encuentro más triste estar solo a los veinte años.
Me dio risa, porque en realidad le encontré cierto grado de razón al weoncito, pensándolo del lado machista he insensible de esta sociedad, pero luego me auto convencí de que yo siempre he demostrado ser diferente y por ende yo no busco “eso”, y de verdad espero que me llegue el amor de improviso, así como un pelotazo en la mollera.

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